Introducción David
David pág. 138
David (‘amado’ o ‘querido’). Hijo menor de Isaí, de Belén. Fue el segundo rey de Israel (1011-971 a. C.) y antepasado de Jesús.
En su juventud fue pastor de ovejas, demostrando su gran valor al proteger al rebaño de las fieras salvajes, incluso llegó a matar un león y un oso.
Fue ungido por el profeta Samuel como sucesor de Saúl.
Su primer contacto con la corte se debió a que, como sabía tocar el harpa, fue llamado para tranquilizar a Saúl de sus angustias a través de la música.
Gracias a él, Israel obtuvo una gran victoria sobre los filisteos, además de que David mató al gigante Goliat.
Más tarde, anduvo huyendo de Saúl, ya que este quería matarlo por envidia y celos, pero por el respetó que le tenía, perdonó la vida al rey en dos ocasiones que lo tuvo a su merced.
Después de la muerte de Saúl, llegó a ser uno de los reyes más importantes de Israel.
Manchó su vida al cometer adulterio con Betsabé y tratar de encubrir su pecado llevando a Urías, esposo de Betsabé a una muerte segura; aunque después experimentó un arrepentimiento extraordinario. Vivió sus últimos años apesadumbrado a causa de las pugnas por el poder entre sus hijos y de estos contra él. Pero abdicó en favor de Salomón.
David dejó listos los planos y el material necesario para la construcción del templo de Jerusalén.
Murió a los 70 años y fue sepultado en una ciudad que conquistó y que llegó a ser la capital del reino: Jerusalén.