1 Corintios 15:51-55

51 Os digo un misterio: No todos moriremos; pero todos seremos transformados,
52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta, porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados,
53 pues es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción y que esto mortal se vista de inmortalidad.
54 Cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: «Sorbida es la muerte en victoria».
55 ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? ¿Dónde, sepulcro, tu victoria?,

 

Ezequiel 18:20

El alma que peque, esa morirá. El hijo no llevará el pecado del padre ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo recaerá sobre él y la impiedad del impío recaerá sobre él.

1 Tesalonicenses 4:13-18

13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
14 Si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
16 El Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo. Entonces, los muertos en Cristo resucitarán primero.
17 Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.

1 Timoteo 6:15-16

15 Aparición que a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes y Señor de señores,
16 el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible y a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver. A él sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.

Juan 6:39-44

39 Y la voluntad del Padre, que me envió, es que no pierda yo nada de todo lo que él me da, sino que lo resucite en el día final.
40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: que todo aquel que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día final.
41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: «Yo soy el pan que descendió del cielo»,
42 y decían: –Este, ¿no es Jesús el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo dice ahora: «Del cielo he descendido»?
43 Jesús respondió y les dijo: –No murmuréis entre vosotros.
44 Nadie puede venir a mí, si el Padre, que me envió, no lo atrae; y yo lo resucitaré en el día final.

Génesis 2:7

Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente.

Lucas 14:14

y serás bienaventurado, porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos.

Eclesiastés 12:7

antes que el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.

Filipenses 3:10-11

10 Quiero conocerlo a él y el poder de su resurrección, y participar de sus padecimientos hasta llegar a ser semejante a él en su muerte,
11 si es que en alguna manera logro llegar a la resurrección de entre los muertos.

Juan 11:1-4

1 Estaba enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta, su hermana.
2 (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume y le secó los pies con sus cabellos).
3 Enviaron, pues, las hermanas a decir a Jesús: –Señor, el que amas está enfermo.
4 Jesús, al oírlo, dijo: –Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.