Introducción Jacob

Jacob  pág. 28

Jacob (‘el que se aferra el calcañar’ o ‘suplantador). Hijo de Isaac y Rebeca, hermano gemelo de Esaú, fue el padre de los doce patriarcas que dieron origen al pueblo de Israel.

Su nombre está ligado al hecho de que, al nacer, sujetaba el calcañar (talón) de su hermano.

Antes de su nacimiento, Dios le dijo a Rebeca que el hijo mayor sería siervo del menor.

A medida que crecían, Esaú llegó a ser un cazador, mientras que Jacob se dedicó a pastorear los rebaños de su padre y se interesó mucho más por las cosas espirituales. Esto hizo que Isaac tuviese cierta preferencia hacia Esaú, mientras que Rebeca mostraba predilección por Jacob.

Aprovechando un momento de debilidad de su hermano, Jacob negoció con él los derechos de la primogenitura a cambio de comida.

Más tarde, Rebeca orquestó un plan para que Isaac, ya ciego, otorgara las bendiciones que correspondían al hijo mayor a Jacob, quien se hizo pasar por su hermano.

El resultado fue que, encolerizado, Esaú decidió matar a su hermano después de que su padre muriera. Por eso, Jacob huyó a Harán para vivir con la familia de su madre, donde se casó con las hijas de Labán, su tío.

Después de algunos años, habiendo sido engañado varias veces por su suegro, decidió acatar la orden de Dios de regresar a su tierra natal.

Durante el regreso, temiendo el encuentro con su hermano, pasó una larga noche de angustiosa lucha con Dios, de la que salió con un nuevo nombre: Israel (‘el que lucha con Dios’).

Más tarde, José, su hijo, llegó a ser gobernador de Egipto. Gracias a su posición mandó traer a toda su familia para cuidar de ella.

Jacob murió en ese país y fue sepultado en Hebrón.

A pesar de sus debilidades, siempre mantuvo una profunda relación con Dios.