Mateo 8:5-10

5 Al entrar Jesús en Capernaúm, se le acercó un centurión, que le rogaba
6 diciendo: –Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.
7 Jesús le dijo: –Yo iré y lo sanaré.
8 Respondió el centurión y dijo: –Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra y mi criado sanará,
9 pues también yo soy hombre bajo autoridad y tengo soldados bajo mis órdenes, y digo a este: «Ve», y va; y al otro: «Ven», y viene; y a mi siervo: «Haz esto», y lo hace.
10 Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que lo seguían: –De cierto os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe.