María

Hombres y mujeres de la Biblia

Introducción Maria

María pág. 417

María (‘amada’), madre de Jesús. Mujer de extraordinaria fe que, gracias a su espíritu de completa sumisión a la voluntad de Dios, se expuso a ser repudiada por José, con quien iba a casarse, y a ser considerada como adúltera, colocándose en peligro de ser lapidada.

Consciente de los riesgos que corría, aceptó la misión que Dios le había confiado: ser la madre del Salvador.

El hecho de que Dios la escogiese para semejante misión revela que se trataba de una joven de un carácter extraordinario.

En la Biblia no se mencionan sus antecedentes familiares ni la forma en que murió. Sin embargo, sabemos lo suficiente para tomarla como ejemplo de una buena madre y esposa, cuya nobleza de alma, fe y humildad perdura hasta nuestros días.

Mateo 1:18-25

18 El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando comprometida María, su madre, con José, antes que vivieran juntos se halló que había concebido del Espíritu Santo.
19 José, su marido, como era justo y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.
20 Pensando él en esto, un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.
21 Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
22 Todo esto aconteció para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del profeta:
23 «Una virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Emanuel» (que significa: «Dios con nosotros»).
24 Cuando despertó José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer.
25 Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito, y le puso por nombre Jesús.

Lucas 1:26-38

26 Al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret,
27 a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.
28 Entrando el ángel a donde ella estaba, dijo: –¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.
29 Pero ella, cuando lo vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.
30 Entonces el ángel le dijo: –María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.
31 Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús.
32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre;
33 reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su Reino no tendrá fin.
34 Entonces María preguntó al ángel: –¿Cómo será esto?, pues no conozco varón.
35 Respondiendo el ángel, le dijo: –El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que va a nacer será llamado Hijo de Dios.
36 Y he aquí también tu parienta Elisabet, la que llamaban estéril, ha concebido hijo en su vejez y este es el sexto mes para ella,
37 pues nada hay imposible para Dios.
38 Entonces María dijo: –Aquí está la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.